No sé si os he mencionado alguna vez a Flavia, mi galga viejita... bueno... pues preparaos porque hoy os voy a soltar una parrafada, emotiva y positiva.
Una entrada diferente que me ha encantado escribir. Espero que os guste.
Una entrada diferente que me ha encantado escribir. Espero que os guste.
Hace un par de años decidí que era el momento de tener un galgo.
Hacía tiempo que me sentía atraída por estos perros. Creo que todo se remonta a cuando era pequeña.
Mi abuelo materno nos llevaba al Canódromo de Barcelona a pasar algunas tardes al año. A mi no me divertían especialmente las carreras, pero la imagen del galgo corriendo seguramente se grabó en mi mente.
Mi abuelo materno nos llevaba al Canódromo de Barcelona a pasar algunas tardes al año. A mi no me divertían especialmente las carreras, pero la imagen del galgo corriendo seguramente se grabó en mi mente.
La cuestión es que hace dos años, coincidiendo con el traslado al piso en el que vivo ahora, llamé a SOS GALGOS. Después de algunas entrevistas, me propusieron que me quedara con Flavia. Cumplía algunos de los requisitos que pedí, básicamente que se llevara bien con los gatos...así puedo visitar a mis padres sin miedo.
Descubrí que Flavia tenía 10 años, más o menos, estaba delgada, era muuuuy miedosa, era andaluza y estoy segura que tiene un pasado, de 10 años, muy triste, como el de la mayoría de galgos rescatados, pero es algo que no quise saber cuando me la dieron. Era información innecesaria para mi en ese momento, creo que me hubiera dado pena y es algo que quería evitar.
Al principio, no me miraba a los ojos, de hecho, creo que quería desaparecer del mundo.
Tenía las orejas caídas y los ojos tristes.
Se asustaba de las cortinas movidas por el viento, de la música y de ruidos inesperados.
La gente no le interesaba y los niños le daban terror.
Tenía las orejas caídas y los ojos tristes.
Se asustaba de las cortinas movidas por el viento, de la música y de ruidos inesperados.
La gente no le interesaba y los niños le daban terror.
Por la calle quería vigilar tantas cosas a la vez que cualquier ruido fuerte o persona cerca hacían que se asustara e intentara huir.
Se escondía cuando venían visitas. Y yo, sólo, le interesaba para comer...
Reconozco que los principios fueron un poco difíciles, pero los cambios básicos fueron rápidos y tan gratificantes que vale la pena vivirlo.
Poco a poco las dos nos adaptamos a una nueva vida totalmente diferente.
Poco a poco las dos nos adaptamos a una nueva vida totalmente diferente.
Los meses han ido pasando y a día de hoy es un perro feliz, tiene sus cosas, pero como cualquier otro perro.
Juega conmigo y con amigos.
Casi siempre se alegra al ir a pasear, es un poco perezosa a veces.
Ladra cuando viene alguien a casa, y si es un conocido saluda si no está tomando el sol, claro.
Cuando tiene hambre reclama su cena.
Por la mañana, cuando abro el balcón, toma el sol de pie hasta que no le pongo su cama.
Se sienta cuando se lo pido, casi siempre.
Y sobretodo ha entendido que la gente que la rodea son de confianza y que tienen comida... mmmm... es un poco interesada, pero que perro no se vende por un trozo de salchicha.
Juega conmigo y con amigos.
Casi siempre se alegra al ir a pasear, es un poco perezosa a veces.
Ladra cuando viene alguien a casa, y si es un conocido saluda si no está tomando el sol, claro.
Cuando tiene hambre reclama su cena.
Por la mañana, cuando abro el balcón, toma el sol de pie hasta que no le pongo su cama.
Se sienta cuando se lo pido, casi siempre.
Y sobretodo ha entendido que la gente que la rodea son de confianza y que tienen comida... mmmm... es un poco interesada, pero que perro no se vende por un trozo de salchicha.
Flavia |
Me alegra verla jugar y saltar con sus 12 años.
Envidio las horas que duerme, pero me alegra verla descansar plácidamente.
Me gusta dejarla subir al sofá en invierno, para que sus patas frías se calienten un poco, cosas de la edad.
Me divierte verla tranquila con los niños, a veces intenta robarles la merienda... es un poco ladrona.
Me acompaña cada día. Y ahora nos ayuda a rehabilitar a Apple...otra galga de 2 añitos que se a unido al grupo desde desde hace un mes.....jejejejeje...que locura.
Decidimos acoger otro galgo después de pensarlo mucho. Hablamos con SOS GALGOS y nos aceptaron como casa de acogida, todo un orgullo y un placer. Y recibimos a Apple hace un mes, con la idea de tenerla en acogida hasta que le encuentren el hogar definitivo.
Tiene carita de pena, no confía mucho en nosotros y se asusta con facilidad, pero cuando recuerdo los inicio de Flavia pienso que Apple será fácil, no está tan traumatizada. Rápidamente entenderá que está en lugar seguro.
Apple |
Flavia es mi primera galga y siempre será la mejor y genial... lo siento, no puedo ser objetiva... aunque a veces no me haga caso porque está tomando el sol... jejejejeje...
Y os cuento todo esto porque SOS GALGOS me preguntó por Flavia. Querían saber de ella y de su evolución. Y de paso aprovecho para hablar de Apple también.
Besos
Una historia maravillosa. admiro tu dedicacion y amor hacia tus galgos. Tienen suerte de que les den una segunda oportunidad de una vida decente, aunque Flavia ya sea mayor...se la ve feliz.
ResponderEliminarUna historia muy emotiva. No se como hay gente que les pueda hacer daño. Besitos.
ResponderEliminarooooooh!!! que historia tan bonita... sin duda el día que pueda adoptaré un galgo, hace días que nos ronda por la cabeza pero la falta de espacio nos lo impide.
ResponderEliminarTe felicito por tu acción y pasar a ser un hogar de acogida!!!
Javi....el espacio no es problema. Yo vivo en un piso normal...
EliminarSi te animas a acoger un galgo...ya me contarás. Yo te animo!!!!!
Besos
Olaya
Que historia mas bonita!!! Cuídalas bien, ya sé que lo harás, a saber por lo que han tenido que pasar, como tu bien dices... mejor no saberlo... Besos a todas
ResponderEliminarGente como tu es lo que falta.El amor y la dedicación que Flavia ha recibido de ti se ve pagado en esos ojitos tranquilos que te miran con arrobo. Se puede pedir algo más a la vida que hacer algo así por un ser vivo que se merece ser feliz, aunque sea después de diez años? Eres muy afortunada Olaya. El amor que da un perro no se puede comparar con ningún otro. Nunca, nunca te pedirá nada a cambio, ni tan siquiera amor, pero igual te querrá siempre.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte, tu relato me ha emocionado.
Olga ♥
Por tu amor a los animales y a las manualidades es un honor ofrecerte un premio. Sigue así, porque gente como tu para cuidar de esos angelitos es lo que necesitamos. El premio ya lo puedes recoger en: http://despacitoyconbuena.blogspot.com.es/2013/04/premio-de-reflejos-de-la-naturaleza.html
ResponderEliminarUn beso y gracias por ser casa de acogida.
Me encanta tu blog y quería compartir un premio contigo, lo tienes en http://reflejosdelanaturaleza.blogspot.com.es/2013/04/premio-de-reflexiona-con-poesia.html
ResponderEliminarUna historia dura con final feliz para Flavia.
ResponderEliminarY un bonito gesto de ti y los tuyos.
Un abrazo,
María